
Es difícil la metamorfosis de larva a pájaro, Ayrton, jamás podría negarlo. Cierta vez imaginé para mí una de cabra a águila, y aquí voy, por desfiladeros escarpados y solitarios, un ala sí y otra a medias, con algo de pico y unas plumas en la cola.
“Un día, el canario verde, no sé cómo ni por qué, voló de su jaula”, le cuentan a Platero. Pero ese “era un canario viejo, recuerdo triste de una muerta, al que yo no había dado libertad por miedo de que se muriera de hambre o de frío, o de que se lo comieran los gatos.“
Nada más alejado de ti y de mí; Ayrton, tú un jovenzuelo con todo el brío verdeamarelo, y yo un empecinado buscador de utopías.
¿Pero a cuento de qué viene esta historia?...
No hay comentarios:
Publicar un comentario