sábado, 2 de abril de 2011

Ayrton XI


¿Quién es ese tipo, Ayrton, que fue a buscarte, aquella tarde “neblinosa y cruda”, hasta la escuela y armó escándalos, creyéndose que tú eres un don nadie? No volveremos a permitírselo. No. “Que Ayrton esto”, “que Ayrton lo otro”, “que Ayrton lo de más allá”, y todos veíamos que tu “pecho joven subía y bajaba como una menuda ola prisionera.”

En ese punto, se parecía a Adela, la amiga de Platero, que “enfadada por su torpeza, con risas en la boca y lágrimas en los ojos, me estrelló una breva en la frente.” Y luego, “blanco de la locura”, también “le dio otra a Platero”.

Yo, y todos, nos pondremos de tu lado; no por capricho, sino por justicia, al igual que escudaron a Platero, ya que “el infeliz no podía defenderse ni contestar, y yo tomé su partido”.

Ese tipo tan desagradable, Ayrton, no volverá a hacerlo, o lo recibiremos como él se merece y llorará “por los ojos, por la nariz, por las mangas, por la nuca, en un griterío agudo y sin tregua”.

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