sábado, 13 de febrero de 2010

Buenos muchachos

Aquí vinimos a descansar, dijo él. Q.E.P.D, agregó ella, riendo. Toda la vida fuimos prolijos y eficientes, apuntó él. ¡Uf!, ni locos seguiríamos trabajando, expresó ella. Inteligentes y metódicos, añadió él. No olvides mi intuición para los trabajos especiales, le recordó ella, feliz. Industrias, funcionarios, bancos, siempre, nos apoyaron sin resistencias, se ufanó él, mientras desfilaban por su mente. Pero también gente común, sobre todo me encantaban los religiosos, confesó ella. Recogimos excelentes frutos, concluyó él, brillándole los ojos. ¿Nos premiarán?, preguntó ella, ¡ja, ja! Pasen por aquí, dijo el diablo anfitrión y abrió la puerta para que el fuego devorara a los criminales.

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